Los que se quedan

Todos pensamos en los que se van, pero...

¿Quién piensa en los que se quedan?

La soledad se siente en las casas en Venezuela cuidadas por el guardián familiar que pasa sus días en un país con una Emergencia Humanitaria Compleja, tratando de lidiar con una crisis económica sin precedentes y con el recuerdo de los suyos. 

Esta es la historia de los adultos mayores que están solos en Venezuela, un país que poco a poco ha visto a sus jóvenes cruzar fronteras, dejando atrás a su población vulnerable: las personas de tercera edad. 

Esa es la realidad de al menos...

50.000

adultos mayores, según los datos del informe de Convite del 2024, que por obligación o decisión viven en Venezuela, tratando de sobrevivir a la soledad que dejó la migración de 7.7 millones de venezolanos, según los datos de Acnur

Las casas, casi vacías, de los ancianos que están solos en el país se han quedado varadas en el tiempo. Cada una guarda recuerdos, fotografías y colecciones en las paredes que reflejan una familia que una vez estuvo unida, y ahora se encuentra dispersa. 

Una familia que ya no habita ni esa casa, ni ese país. 

“Pienso que voy a morirme y no voy a poder volver a ver a mi hijo"

Minerva Duarte
Tiene cinco años sin ver a su hijo

Luchar con la soledad, la tristeza y la depresión se volvió rutina para los adultos mayores en Venezuela.

Otilia Rivas, una señora de 77 años de edad que vive en el pueblo de Paracotos, estado Miranda, dijo que, en muchas ocasiones, se ha sentido deprimida y triste.

Sus familiares, y allegados, que se convirtieron en familia a lo largo de su vida, desaparecieron y ahora ella no tiene las herramientas para saber de ellos. Viven solo en las fotografías que guarda en el cajón y la visitan solo en sus sueños. 

La vida de Diamelys Delgado, una mujer que vive en Valencia, se volvió un remolino de recuerdos y de anhelos después de que sus dos hijos dejaran el país y se fueran a vivir a Perú y Colombia. Ahora tiene seis años sin ver a su nieto y a su hija. 

“Siempre guardaba la
esperanza de que iban a regresar”
Diamelys Delgado

La ilusión de que sus nietos puedan estar en su casa en Venezuela, y que la mesa de navidad vuelva a estar llena, sigue viva en su corazón.

“La mesa abarcaba 50 puestos,
en este momento solo hay cuatro”
Diamelys Delgado

"Le pediría a mis hijos que me sacaran de aquí"

Ramón Rodríguez

La contestadora interminable

Ramón Rodríguez no tiene teléfono. Lo tuvo que vender hace años por necesidad. Comentó que muchas veces trató de contactar a sus hijos con la ayuda de la policía, pero el sonido de la repicadora se volvió familiar a lo largo de los años. 

Ramón de 69 años de edad, no ve a sus hijos desde hace siete años cuando se fueron del país. Una situación infortunada con su ex esposa lo obligó a irse de su casa y a quedarse "arrimado" en muchos lugares.

Con sus piernas hinchadas por una mala circulación que lo está obligando a operarse por segunda vez, Ramón se sentó a compartir en la mesa, algunas veces riendo y otras veces mudo y pensativo. 

Él no había podido decirle a sus hijos que vive en la calle y que no tiene dinero para comprar las medicinas que necesita para su tratamiento. 

El día de la visita al comedor, Ramón, no pudo contener las lágrimas cuando logró hablar por videollamada con su hijo Jhonny, que vive en Chile, por primera vez en años.

Más tarde, con autorización de Ramón, contactamos otra vez a Jhonny para saber cuál era su opinión sobre la situación de su padre. Esta fue su respuesta:

“En vista de la situación Venezuela, ellos [los adultos mayores] han sido los más afectados.
Por lo menos hay abuelitos que los abandonaron”
Mayela Daza, fundadora del comedor San Blas

¿Cómo llegamos aquí?

A partir del año 2015, la crisis en Venezuela se fue agudizando debido al deterioro, la hiperinflación y las tramas de corrupción, ya desarrolladas anteriormente en la gerencia del Estado, como el entramado de PDVSA, según las investigaciones de Armando.Info.

Los bloqueos impuestos por el gobierno de Estados Unidos y la hiperinflación, también tuvieron efecto en la situación y la crisis en el país se profundizó, según el Perfil de la migración reciente reportada desde los hogares venezolanos, un trabajo realizado por ACNUR y la Universidad Católica Andrés Bello. 

¿Consecuencia?

Millones de venezolanos esparcidos por el mundo

Entre el 2015 y el 2019 la migración venezolana se disparó a unos niveles nunca antes vistos en la historia latinoamericana moderna, siendo, hasta el 2024, el segundo mayor desplazamiento del mundo, después del Sirio, según la Oficina del enviado especial para la respuesta regional a la situación de Venezuela, OIM.  

El desplazamiento se hizo más evidente en el 2020, cuando la pandemia, la escasez de gasolina, salarios precarios y el sistema de salud en crisis provocaron que miles buscaran nuevas vías para irse.

Según la Encuesta Nacional de Condiciones de vida (Encovi) de 2022, la principal causa de migración era la búsqueda de un trabajo que permitiera la supervivencia de los que se van, y en la medida de lo posible, ayudar a los que se quedan.

La diáspora, por lo tanto, es una de las causas de lo que Francelia Ruíz, directora de Proyectos de Convite , llama "fenómeno de la vejez abandonada".

“Encontramos que la realidad que enfrentan las personas que envejecen en nuestro país, sigue siendo bajo un entorno de pobreza, precariedad, muchas privaciones y vulneraciones de derechos humanos”. 
Francelia Ruíz, analista, asesora política e internacional, y directora de Proyectos de Convite A.C

Con incredulidad, ellos ríen al preguntarles:

¿Puedes vivir de tu pensión ahora mismo? 

Los adultos mayores en Venezuela reciben una pensión equivalente a

130 bolívares mensuales o
3,55 dólares al
cambio oficial
de junio del 2024

41% de los adultos mayores son pensionados y 24% están registrados en la Misión Amor Mayor, un sistema de pensión no contributiva que promueve el Estado venezolano.

La última actualización sobre la canasta básica en Venezuela, publicada en el mes de abril del 2024, la situaba en 554,26 dólares, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación de Maestros (Cendas - FVM). 

Esto quiere decir que para comprar una canasta básica que corresponde a 60 productos se deben ganar

156 o 157 salarios mínimos.

“Digamos que un adulto mayor está solo. ¿Qué va a hacer esa persona comiendo con 130 bolívares al mes? Eso no le va a ayudar nunca”
Antony Vidal González, un nieto de 20 años que quedó a cargo de su abuelo Pablo Vidal González, luego de la migración de su padre a Colombia

Minerva, de 72 años, vive sola en Valencia luego de la migración de su hijo a Colombia. Ella tiene que vivir de la pensión y de algunas ayudas que el Estado le da, sin embargo no es suficiente para cubrir sus necesidades diarias, mucho menos costear los gastos que acarrea una enfermedad. 

Actualmente, ella trata su hipertensión y un problema en las tiroides en un Centro de Diagnóstico Integral (CDI).

Minerva dice cuáles son los requisitos para tratar sus enfermedades en los CDI

Esto significa un gasto extra para una persona que vive al ras de una pensión que no le sirve para nada.

Un paño de agua que
no apaga el fuego: los bonos

Ramón habla sobre los bonos y la pensión.

A través del Sistema Patria, una plataforma que creó el gobierno de Venezuela en el 2015, los venezolanos - algunos - reciben los llamados “bonos”. Una ayuda económica, no considerada salario, y que no es distribuida a toda la población. Para acceder a ella es necesario contar con una identificación conocida como "Carnet de la Patria".

Usualmente los bonos más altos son para los trabajadores públicos, mientras que los sectores más vulnerables reciben los montos más bajos. El recibimiento del mismo depende de la situación social, y por supuesto, esto afecta el monto que está entre los 2,42 dólares y 7,51 dólares, para junio del 2024.

Existen diferentes tipos:

¿Qué puedes comprar con un bono?

Los productos que puedes comprar con siete dólares son limitados. El Mercado de Quinta Crespo, ubicado en el centro Caracas, es donde muchas personas hacen mercado a bajos costos, así que no es extraño ver a las personas de tercera edad pagando con el dinero de un bono.

La mayoría de los precios varían entre los 2 y 10 dólares, dependiendo del producto que estés comprando.

Proteínas como pollo, carne o pescado oscilan entre los

3 y 10 dólares

La charcutería como el queso, el jamón o la tocineta están entre 5 u 8 dólares.

"Por 5 dólares te puedes comprar molleja, hígado, patas, etc... ", dijo Brayan Quijada Febles, el encargado de uno de los puestos en Quinta Crespo.

Por otra parte, otros productos como la pasta, el café o los granos están entre

1 y 2 dólares

Guadalupe Rodríguez forma parte del ancianato Nuestra Señora del Carmen y contó que en este mercado varios comercios daban donaciones para los más necesitados. En ese momento, Guadalupe estaba buscando donaciones para el grupo de 100 mujeres de tercera edad que se quedaron solas y ahora viven en el ancianato, ubicado en El Valle, una parroquia popular de Caracas.

"Se han desmayado del hambre [...]
resulta que pasan días sin comer"

Mayela Daza, Fundadora del comedor San Blás

Remesas como soporte emocional y económico

A pesar de las ayudas del Estado, el 93% de los adultos mayores encuestados por Convite en la última evaluación del 2023, dijo que gasta más de lo que percibe, aunque el 27% dijo que percibe ayuda de su familia que está fuera del país. 

“Mi hijo es el que se encarga de todo, de las medicinas, de la comida, de los pagos. Pero sí me da pena con ellos, algunas veces tengo que comprar ropa interior y le tengo que pedir a mis hijos, pero ellos me dicen que no me de pena, cuando me contestan bien, me alegro”
Juana de Dios Salinas, una mujer de 79 años que vive en Caracas sola luego de la migración de sus dos hijos y la muerte de su esposo

La evaluación de Convite indica que el 55% de los adultos mayores tienen gastos aproximados de más de 100 dólares mensuales. Sin embargo, el 66% percibe menos de 50 dólares mensuales a través de trabajos informales, remesas, o pidiendo prestado, entre otras situaciones. 

¿Cuánto perciben los
adultos mayores al mes?

¿Cuánto gastan los
adultos mayores al mes?

“Uno de mis hijos me manda 70 dólares en bolívares, pero no son todos los meses, no es constante”, dice Juana de Dios Salinas.

América Jiménez, una mujer de 62 años de edad que vive en Valencia, también dijo que le da mucha vergüenza pedirle a su hija que vive en Argentina y que no la ve desde hace seis años.

María Milagros - la hija de América - tuvo una doble migración hacia Brasil y luego Argentina. 


¿Comer o pagar las medicinas?

El problema económico se nota en la mesa, en las neveras y en el cuerpo de las personas, pues muchos adultos mayores no pueden alimentarse como antes. La mayoría de los entrevistados comentaron que sí comían tres comidas al día, sin embargo, algunos dijeron que su contexto los obligó a reducir porciones y en muchas ocasiones dejar de comer proteínas. 

“La comida no me parece
suficiente, pero tengo que hacerlo”
Minerva Duarte

Una de las soluciones que el Estado dio para solventar el grave problema de la alimentación fue la entrega de las bolsas del Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP), este es un programa que subsidia y distribuye alimentos casa por casa a ciertos sectores de la población venezolana, según el artículo deEL CLAP Y LA GRAN CORRUPCIÓN DEL SIGLO XXI EN VENEZUELA” 

Estas bolsas cuestan aproximadamente 44 bolívares, un monto que tienen que descontar de su pensión. 

Una “solución” de 15 días

Según los datos de Convite, 58,2% de los adultos mayores obtienen sus alimentos mediante la bolsa CLAP y al 45% solo le dura 15 días, una de estas personas es Minerva.

Su cuerpo delgado la delata, ella necesita apoyarse en comedores locales, como el Comedor de San Blas en donde entregan, al menos, el desayuno del día y los almuerzos los fines de semana. 

El contenido de las bolsas CLAP no es variado y tampoco es exacto, algunas personas que lo perciben indicaron que la bolsa algunas veces tarda tres meses en llegar y que solo contiene aceite, pasta, harina, arroz, entre otros productos. 

Las legumbres y proteínas, necesarias para la sobrevivencia de cualquier ser humano, no están incluidas en la bolsa. 

Según los datos de Convite, al menos el 77% de los adultos mayores compensan la falta de proteínas con granos. 

“El Estado ayuda con una bolsa de comida pero son muchos carbohidratos [...] no cubren la necesidad de una persona por un mes o incluso más de un mes”, dice el Dr. Adonis Leal, médico geriatra. 

Además, a lo largo de los años se comprobó que muchos de los productos que vienen dentro de las bolsas, no son exactamente beneficiosos para la salud. Según el artículo de investigación de Armando.Info “La mala leche de los CLAP”, se pudo concluir, a través de un análisis químico de ocho marcas mexicanas de leche, que lo que el Estado distribuía en las bolsas CLAP no era leche, era un polvo que estaba lleno de carbohidratos y de sodio. 

“La leche en polvo de
los CLAP es un fraude”

Esta fue la conclusión a la que llegó el equipo de investigación de Armando.Info, luego de pedir un análisis a unas muestras de leche que contenían las bolsas CLAP desde septiembre hasta diciembre del 2017. 

El desafío constante
de la salud en Venezuela

“El cuerpo envejece”
Cecilia Quevedo

El doctor Adonis Leal, indicó que ya el hecho de tener vejez, significa tener pérdidas.

"Cuando uno envejece los problemas aparecen, se te olvidan las llaves o eres más lento al caminar, sin embargo cuando no hay nadie para compartir esa parte esencial de la vida, se vuelve mucho más severo”, comentó la psicóloga Mercedes Schnell.

Los que se quedaron en Venezuela luchan constantemente para obtener medicinas de buena calidad, y para conseguir atención médica que pueda ser costeable. La realidad es que no todos pueden conseguir una atención médica privada para tratar sus enfermedades y patologías. 

Según los datos de Convite, el 67% de los adultos mayores encuestados van a un ambulatorio o dispensario en donde puedan obtener precios accesibles, así sean hospitales, CDI o clínicas populares. 

Una póliza de salud en Venezuela, puede estar entre los 5.000 o 20.000 dólares, dependiendo de la empresa. Un precio impagable tanto para las personas que se quedaron, como para los familiares que se fueron y que quieren ayudar a sus adultos mayores. 

Según los datos de Convite

92%

de los adultos mayores en Venezuela
no tienen póliza de salud. 

Los años pasan, la vejez se acentúa, y la idea de una enfermedad en solitario, es algo que aterra a muchos. 

El tema de los medicamentos en Venezuela es complejo, según la encuesta de Convite, el 79% utiliza algún tipo de medicamento, y el 51% los compra pero con mucha dificultad. 

“A veces la tengo, a veces no [...]
Una vez duré como tres meses sin
tomarla y me puse mal, mal, mal”
Otilia Rivas

El 56% de los adultos mayores sufren de hipertensión, una de las enfermedades más comunes, según la encuesta de Convite. Conseguir ese tipo de medicinas en Venezuela se volvió un problema para algunos, sobre todo cuando la mayoría de las medicinas son genéricas. 

Diamelys y su esposo Jesús, indicaron que se volvió difícil conseguir las medicinas, porque comúnmente las que venden son genéricas y no tienen la misma efectividad que las patentadas. 

Mejor ocultar que mortificar 

La distancia hizo que la dinámica familiar cambiara. No es lo mismo tener a una persona a tu lado, que a kilómetros de distancia a través de una pantalla. Por eso, muchas veces, ocultar es mejor que decir la verdad para los que se quedan.

A medida que pasan los años los “achaques” van encontrando su cauce. Según los datos del Convite 49% de los encuestados vieron que su salud desmejoró un poco, aún así la mayoría de los adultos mayores - que fueron entrevistados para este reportaje - comentaron que prefieren mantenerlo en secreto a decir algo que pueda preocupar a sus hijos o nietos.

“Mi hija no supo que me dio COVID 19
una primera vez, y todavía no lo sabe”
América Jiménez. 

Cecilia Quevedo, una mujer de 62 años de edad, vive en Caracas, y es otra de las personas que se quedó sola cuando sus familiares migraron. Renunció a su trabajo en el 2020, porque en ese entonces tomó la decisión de migrar hacia España con el resto de su familia, pero la pandemia arruinó los planes del reencuentro y ahora tiene más de seis años separada de sus seres queridos y vive en una casa llena de silencio y espacios vacíos.

Cecilia también le oculta cosas a su familia que está lejos.

“Yo creo que yo lo hago para no sentirme como una carga [...] porque yo sé que ellos tienen sus cosas, su vida”, dice Cecilia.

Juana de Dios dice que:

“tiene que echar pa lante”.

Juanita no ve a sus hijos ni nietos hace aproximadamente seis años. Tuvo que lidiar con cáncer de mamá, la muerte de su esposo y varias caídas ella sola.

“Me da cosa pedirles a mis hijos a veces”, dice Juanita.

[Sobre]Vivir con
los servicios colapsados

América habló sobre la irregularidad de los servicios básicos en Venezuela.

La precariedad del país en cuanto a servicios básicos es de larga data. Según Convite, las personas mayores han visto una leve mejoría en el acceso a los servicios básicos, aunque todavía no los están recibiendo frecuentemente. Sin embargo, la evaluación indica que esto puede señalar que “las personas han normalizado el vivir con los servicios colapsados”.

Según el informesobre las condiciones de vida y salud de las personas mayores en Venezuela 2023, realizada por Convite, el 99,8% de los adultos mayores sufre de interrupciones en el servicio eléctrico. 

Igualmente, el 82% de los adultos mayores, dice tener interrupciones en el servicio de agua y 39% considera que la calidad de la misma es deficiente.

¿Sufre interrupciones
en los servicios básicos?

“Aquí en Caracas vivimos en una especie de burbuja. En el interior del país es muy distinto, todos los días la luz, el internet y el agua se va más que acá.”
Dr. Adonis Leal, médico geriatra

El gas también es uno de los grandes problemas, en cuanto a servicios básicos se refiere. Según Convite, el 41,1% de las personas sufre de interrupciones en el servicio, y 49% considera el servicio como regular.

“Es un desgaste, uno no duerme porque es una bombona de 42 kilos, eso pesa demasiado. Lo último que hemos hecho es pagarle a un muchacho para que la traiga en carretilla”, dice América.

Con respecto al internet, al menos 51% de los encuestados dijo tener servicio de telecomunicaciones, sin embargo 46% tiene acceso a internet vía datos móviles.

Diamelys contó cómo se comunica con sus hijos y cuáles son sus gastos mensuales.

El equivalente a 400 o 500 bolívares, es lo que podría costar una renta básica para una persona que no cuenta con servicio de internet en su casa, son11 dólares.

Más que el monto de la pensión…

Una seguridad social ineficiente 

Según el superintendente de Seguridad Social de Venezuela, el Dr. Julio César Alviarez, la seguridad social en el país “es la mejor en América Latina porque está anclada al salario mínimo”, y es un “sistema público solidario”. 

“La pensión no es mala, lo que es malo es el problema económico que tenemos”
Dr. Julio Alviarez

Aseguró que las sanciones económicas impuestas a Venezuela marcaron el proceder político y económico del país, mucho antes del comienzo del gobierno del presidente Nicolás Maduro, pero que desde la última década se agudizaron los efectos hacia la economía venezolana. 

Bloquearon fundamentalmente la cuestión del petróleo, ese es uno de los problemas que tenemos nosotros, es que dependemos del petróleo. Si no tenemos petróleo no podemos hacer nada”, indicó Alviárez.

Una pensión de agua 

Este es un problema que no solo ve el gobierno, sino el ciudadano común.

71%

de los adultos mayores percibe la seguridad social como ineficiente, según los datos de Convite. 

“Aquí ha habido un genocidio como Israel con Palestina, eso es así, pero el Gobierno en la poca posibilidad que tiene y la pocas relaciones comerciales que tiene con el mundo, pues no le permiten eso”
Dr. Julio Alviárez

A pesar de la situación, el pasado 30 de mayo, Maduro decretó la creación de un Ministerio para el Adulto Mayor. En otra alocución el mandatario expresó que quería que las personas de tercera edad en Venezuela vayan de vacaciones a Los Roques, uno de los parques nacionales más costosos del país.

Créditos: Venezolana de Televisión

La soledad y
la salud mental

Luego de la migración de la familia cercana, la soledad se hace ensordecedora para muchos. La depresión - en algunos casos - puede llegar a tocar la puerta y ser ese enemigo silencioso que cause más daño del que se pueda llegar a imaginar. 

“Las depresiones pasan como por
debajo de la mesa", dice el Dr. Adonis. 

El doctor comentó que las enfermedades más comunes, a causa de una depresión, son las enfermedades cardiovasculares, de nervios o demencia. 

Según Convite, el 51% de los adultos mayores se sienten preocupados y ansiosos varias veces al año, y el 54% se siente triste.

Con una voz entrecortada, afectada por la ausencia de su hija, América contó que luego de su migración decidió no celebrar las navidades como antes. Ahora simplemente se queda en su cuarto. 

La psicóloga, Mercedes Schnell, sostuvo que uno de los problemas más preocupantes es el adulto mayor que no quiere tener contacto con el mundo exterior, que se inhibe y se aísla. Eso, aseguró la psicóloga, complica los trastornos cognitivos.

“Encerrada si te acabas”

Evelyn Matos, una mujer de 75 años de edad, tiene años sin visitar a sus hijos y nietos que están esparcidos entre México, Chile y Nueva York. Ella que se mantiene ocupada todo el día, sale de casa y teje, evitando así un cuadro depresivo. 

“No tengo tiempo de sentirme triste, ni desamparada”, comenta Evelyn. 

Yanet Calderón, cofundadora deMi hijo suplente, comentó que todas estos problemas de soledad por ausencias familiares, provocan muchas enfermedades porque "todo lo emocional va de la mano con las enfermedades físicas".

"El deterioro es muy rápido", dice Yanet.

Diamelys habló sobre su depresión y diagnóstico de fibromialgia.

La depresión que se esconde
bajo un falso positivismo

El sueño de todo padre es que a sus hijos les vaya bien en el destino que escojan, siendo en su país o fuera de él, pero cuando la migración se vuelve una obligación y no un deseo, el anhelo porque a tus hijos les vaya bien, se hace mucho más fuerte, y desgastante... 

“El anciano lo esconde y el migrante también,
y ambos tratan de decir que están muy bien”
Dra. Mercedes Schnell

A la distancia

La comunicación entre los familiares que se fueron y los que se quedaron cambió drásticamente durante los años, sobre todo los temas que se tocan durante esos 10 minutos de conversación.

La psicóloga Mercedes Schnell aseguró que existen migrantes que en ocasiones evitan hablar con sus familiares que se quedaron en Venezuela, para no repetir el tema más hablado en cualquier reunión venezolana:

la situación del país. 

Braian Oliver, sobrino de Cecilia, migró a los 20 años de su país, él contó que algunas veces evita hablar sobre este tema con su tía para no sentirse deprimido o triste por la situación.

"Cuando la gente migra debería ir pensando: ¿es posible que mi familiar, que se queda en Venezuela, este mal emocionalmente y yo sea su apoyo? Decir, yo me voy, pero yo
no abandono".
Dra. Mercedes Schnell

La receta del doctor: hablar con tu familia

Se escribe en el recipe...

América, Diamelys, Juanita, Evelyn y Minerva hablan diario con sus hijos. Aseguran que es de los momentos más felices y esperados de su día.

Evelyn habla con su hijo Alfredo que está en México todos los días.

Nada es mejor que estar...

Los familiares que migraron muchas veces solucionan la falta de contacto contratando cuidadores o enfermeras, pero no siempre resulta la mejor solución.

Rebeca Montesinos emigró a México. Su familia, conformada por 10 hermanos, dejó a sus padres en Venezuela al cuidado de unas enfermeras.

Estando lejos, se enteró que la salud de sus papás era cada vez peor.

“Mi mamá estaba inquieta y [las enfermeras]
le daban unas pastillas. Las pastillas
fueron las que la empeoraron”
Rebeca Montesinos

Rebeca se sintió culpable por irse...

Tres años después, Rebeca regresó a Venezuela.

“Yo soy la única que no tuvo hijos de mis hermanos, y ellos asumieron que yo me iba a quedar a cargo de mis papás", dice Rebeca. 

Rebeca dejó su vida en pausa, y se dedicó por completo al cuidado de sus padres en sus últimos años de vida.

El padre de Rebeca murió hace un par de años. María de Montesinos, su madre, su mejor amiga, su princesa, como ella le llama, sufre de Alzheimer.

Desde que sale el sol hasta que se mete, Rebeca, de 61 años, vió por cada una de las necesidades de su mamá.

15 días después de esta entrevista,
María de Montesinos murió en compañía
de su cuidadora incansable, su hija. 

Conversaciones a distancia

Algunos migrantes se van con la promesa en la boca de que van a regresar a su país, a los brazos de su familia y que van a poder ayudarlos en Venezuela. 

Algunas veces, esas promesas se quedan en el aire...

Y solo queda mantener el contacto, como se pueda, a través de pantallas y tonos de llamada.

Familias dispersas

Este es un mapa interactivo en donde puedes ver la distancias entre los que se quedaron y los que se fueron.

Posiciona el cursor sobre los círculos y los nombres.

A miles de kilómetros de un abrazo...

El acompañamiento que no
pensaron tener al final de sus vidas 

Los ojos que ven a través de una pantalla, no siempre evidencian la crisis psicológica que puede estar padeciendo un abuelo.

“Una clienta no sabía la cantidad de kilos que su mamá había rebajado, ni en las condiciones en las que estaba” 
Yanet Calderón

Eso lo comprendieron dos empresarias venezolanas, Yanet Calderón, y su socia María Gabriela Chalbaud, quienes comenzaron una empresa llamada “Mi hijo suplente”, la cual se dedica al cuidado y a la atención de los adultos mayores que están solos en el país.  

Yanet afirmó que no solamente brindan un servicio de tareas, sino de acompañamiento, porque según ellas, lo que necesita el adulto mayor es una cara conocida con la que ellos puedan compartir su día.

Y aunque saben que jamás van a poder suplir el hueco que dejaron sus familiares al migrar, pueden acompañarlos a tomarse un café con leche por la tarde, tal como ellos lo hacían alguna vez con sus hijos. 

Este tipo de servicios son el puente entre los que se fueron y los que se quedaron. Una mirada externa que ayuda a comprender las necesidades del adulto mayor que se vio obligado a estar solo. 

Muchos de ellos se niegan a recibir este tipo de ayuda y varios migrantes dicen que sus familiares no lo necesitan. Sin embargo, hay casos en donde una mirada externa habría podido ayudar a evitar una tragedia... 

El último adiós se quedó
en una videollamada

El señor Julio Castellanos vivía solo en su apartamento en Caracas, luego de la migración de sus tres hijos. Él se encargaba de cuidar las áreas verdes de su edificio, sin embargo habían pasado tres días y nadie lo había visto. 

Sus vecinos, preocupados, trataron de abrir su apartamento, cuando lo lograron la situación era más grave de lo que pensaban.

El señor Julio se había caído al salir de la regadera, y había pasado tres días tirado en el suelo del baño.

Entre clínicas y hospitales, y con una hemorragia en el cerebro, el Sr. Julio Castellanos solo tuvo presente a sus hijos a través de notas de voz.

“Impotencia, lo que sentimos fue impotencia. Uno por no estar en Venezuela y dos porque no habían los recursos suficientes para poder atenderlo”
Julio Castellanos, hijo del Sr. Julio. Migró a Panamá y luego a España.

Los hijos de Julio tuvieron que despedirse de su padre a través
de una videollamada. 

La historia de Julio no es la única. Incidentes como estos son más comunes de lo que se piensa. Y la comunidad está consciente de ello. 

Los vecinos que se
convirtieron en familia

La familia que se fue dejó un espacio para las personas que se convirtieron en un hogar: los vecinos. Esa comunidad que ayuda a los abuelos que tienen años viviendo solos. 

Evelyn lidera un grupo de abuelas que tejen ropa para recién nacidos en hospitales. Además, pertenece a un grupo en la iglesia de la parroquia donde atiende a personas mayores y también es presidenta del condominio. 

“Por eso los grupos de adultos mayores son útiles
y la diferencia entre un adulto mayor que
hace actividades propias del adulto mayor y el
que se quede en su casa, es del cielo a la tierra”
Dra. Mercedes Schnell

En la plaza San Jacinto, en el centro de Caracas, un grupo de adultos mayores que se hacen llamar "Los abuelitos bonchones" se reúnen todas las semanas para pasar una tarde diferente.

Por su parte, Pedro Acosta, un hombre de 81 años, que vive solo en el pueblo de Paracotos, dice que todas las noches sus vecinos lo acompañan a jugar dominó. Ellos se han convertido en su familia luego de la muerte de su esposa y la ida de sus hijos criados hace 30 años. 

“El adulto mayor que tiene una comunidad,
vecinos o amigos, es mucho más sano".
Yanet Calderón

Oscar Camacho, es un joven de 25 años de edad y es presidente de la Fundación Puccancer Paracoto, donde tiene la oportunidad de ayudar a los adultos mayores llevándoles bolsas de comida, medicinas, o simplemente cuidando de ellos.

La comunidad de vecinos forma parte importante de la persona que decidió quedarse en el país y vivir solo. Se han creado grupos con el fin de compartir, encontrarse y ayudarse entre sí, porque la migración no solo afecta a los que se van, sino también a

los que se quedan.

"El último que se vaya, que apague la luz"